Ezcaray - Cruz de la Demanda - Estación de Valdezcaray - Ezcaray
Descripción
Participantes
La Ruta
La Crónica (por Julio Negueruela)
Las Fotos
Observaciones
Perfil y Mapa
Archivos para Oziexplorer (GPS)
Descripción
La ruta
parte y acaba en Ezcaray, pueblo de La Rioja situado a unos 825 mts de altitud.
Dificultad Física: Alta
Dificultad Técnica: Media
Distancia: 60 Km.
Cota Máxima: 2040 mts.
Cota Mínima: 810 mts.
Desnivel acumulado: 1807 mts
Duración: 7h (con paradas y comida)

Participantes
Los participantes fueron
Julio Negueruela, Carlos, Luis y Víctor (Vitín para los de la lista) de Logroño, François, Joseba, Francis Navarro, Antonio Martínez,
Angel .
La Ruta
Nota: Este es el rutómetro publicado en SoloBici, coincide prácticamente con la ruta que nosotros hicimos,
salo un pequeño tramo al final, antes de llegar al area recreativa, en que nosotros bajamos por bosque, el track
del GPS incluye esta variante.
Km 0 - (820 m.). Ezcaray. Salir de la Población por la carretera de Valgañón y Fresneda de la Sierra
Km 0,6 - (840 m.). Desvío a la izda. Por la carretera de la ermita de Santa Bárbara.
Km 2,5 - (1000 m.). Antes de llegar a la ermita, desvío a la derecha por pista de tierra de buen firme.
Km 10,5 - (1500 m.). Dejar una pista a la derecha que se dirige a la cumbre de El Hombre y seguir llaneando por pista principal.
Km 11,1 - (1480 m.). Collado Ibaya. Dejar dos pistas a la derecha y continuar la subida atravesando un hayedo.
Km 13,6 - (1760 m.). Bifurcación. Seguir la pista por la derechaEn subida recorriendo un pinar de repoblación forestal.
Km 17,2 - (1800 m.). Collado de las Cenáticas. Pasar la barrera y continuar la subida. A unos 100 m. de la cancela,
dejar una pista a la dcha. y, 100 m. después, dejar un nuevo carril descendente a la dcha.
Km 19 - (1900 m.). Dejar a la derecha el carril que desciende del manantial de Pozo Negro y seguir por la pista principal.
Km 19,9 - (1920 m.). Saltar la barrera y continuar la subida por pista principal.
Km 29 - (1960 m.). Dejar a la derecha la pista de Canales de la Sierra y seguir por el mismo camino.
Km 39 - (1960 m.). Dejar a la izquierda la pista asfaltada de la estación de Valdezcaray y seguir de frente por la pista de tierra.
Km 42 - (1900 m.). Dejar la pista principal y desviarse a la izquierda en subida a la altura de un depósito de agua.
Km 44 - (2020 m.). Al final de la subida girar a la derecha y descender por el trazado de una pista de esqui.
Km 44,8 - (1920 m.). En una curva a izquierdas, saltar el talud de tierra de la pista de esquí y seguir descendiendo de frente por un sendero ciclable hacia un collado.
A partir de este punto siguen 2 kilómetros de sendero de mala ciclabilidad, recorriendo la cuerda de la sierra de San Lorenzo.
Salvo los 300 metros del principio es terreno asequible con buen nivel técnico.
Km 46,8 - (1780 m.). Dejar la cuerda a la altura de un pequeño collado tomando un carril de firme pedregoso que comienza a la derecha de una vieja alambrada.
Km 47,6 - (1690 m.). El carril desciende al amplio collado Gallánzuri y nada más entrar en los prados del collado, girar a la izda. Y continuar el descenso por un carril ganadero.
Km 49,9 - (1620 m.). Collado Marulla. Conectar con la pista principal que atraviesa el collado y seguir descendiendo de la sierra.
Km 54 - (1240 m.). Area recreativa Bonicaparra.Atravesar la carretera y continuar el descenso por la pista de la izda.
Km 55,3 - (1120 m.). Turza. Atravesar el Pueblo y a la altura de un arroyo seguir descendiendo por el camino de la derecha.
Km 54 - (1240 m.). Sin dejar el camino principal, llegar a Ezcaray atravesando el puente de piedra sobre el río Oja.
La Crónica (por Julio Negueruela)
Ayer domingo, contra viento y marea o, mejor dicho, contra viento y
lluvia, nueve valientes de diversos puntos geográficos se concentraron
en la muy noble y muy leal villa riojalteña de Ezcaray para afrontar una
de las subidas más largas y cansadas que este humilde escribano haya
visto en su vida.
Todavía sorprendidos porque Joseba no había llegado tarde, y tras las
presentaciones de rigor, nos dirigimos hacia una fuente a repostar,
aprovechando el paso de un señor para que nos sacara una foto. La
inseguridad del hombre con la cámara estuvo a punto de provocar un
ataque de risa entre algunos pero, controlada la incontinencia, evitamos
la llegada a las manos con el hombre; al menos yo, si estuviera en su
lugar, así lo habría hecho. ;-)
Para calentar, nada mejor que una cuestecilla de kilómetro y medio que
sube a la ermita que supera un desnivel de 100 metros. En esto que el
miembro de la peña Orgullo Riojano Víctor le da por hacer el Armstrong
en La Madeleine y empieza a quedarse atrás, diciendo que no podía. El
rumor corrió como la pólvora entre el pelotón, o mejor pelotín, pues
nueve eramos los miembros del mismo, "Víctor no está bien, Víctor no
está bien". A duras penas conseguía mantener contacto visual con el
grupo.
Todavía no llegábamos una hora de pedaleo cuando a mí se me suelta una
cala de una zapatilla y a poco no la encontramos. El día anterior le
cambié un tornillo que se me había redondeado. Como la llave que usé
también estaba ya redondeada, la dejé medio apretada para, al día
siguiente pedir una y apretarla. Pero claro, la emoción del momento
provocó en mí un Alzheimer temporal que me impidió decir ni pío. Lo que
aún no tengo claro es si fue dicho Alzheimer o el sueño que tenía lo que
hizo que me dejara en casa las chanclas, la toalla y... ¡¡el guante
izquierdo!! Menos mal que Angel tenía un guante derecho de más (también
tú, mira que llevas cosas raras chico ;-) ) que, puesto al revés me
sentó como un ídem. Siguiendo con la crónica propiamente dicha Víctor
consiguió contactar con nosotros en el momento oportuno para dejarme una
llave Allen y poder poner mi cala. Por cierto, se ve que este descansito
hizo milagros, o eso prefiero pensar (cabróóóóóóóóón) en el organismo
(sin ofender) de Víctor pues a partir de aquí marchó como una moto.
Al de una hora de marcha o, para ser más exactos, al de una hora de
subida, primera paradita para reponer fuerzas en algo que se convirtió
en una constante: Primera barrita energética al buche. Pienso que esto
era algo psicológico pues Joseba nos había metido miedo con lo de la
falta de comida por lo que, cada hora más o menos, me tuve que meter una
barrita "pal cuerpo". Así seguimos durante dos horas más, sin ningún
percance salvo las paradas de rigor para las fotos... y para las
barritas por supuesto, hasta que, en la última subida, Luis, un chico de
Logroño que, según informaron ayer, pronto va a ser colistero nuestro y
que, después de esta crónica os parecerá que le conocéis de toda la
vida, tuvo algún percance con los automáticos
y cayó al suelo.
Por fin se acaba la subida (21 km. de subida en algo menos de tres
horas), lanzándonos pemdiente abajo como hienas a un cadáver. Como suele
ser habitual en estas ocasiones, me quedo el último para observar la
técnica de los demás y así poder corregirles los defectos (tranquilos
que bajáis todos aceptablemente bien) y en esto que llegamos a la
segunda parada del via crucix particular de Luis: Reventón de la rueda
con rasgadura de cubierta y abolladura de llanta incluída. Ahí es nada.
Menos mal que paró "elhombredelosmilrecursos" François y le arregló
momentáneamente la avería. Claro que hay que decir que, en esto de
arreglar llantas abolladas el amigo François es todo un experto (ver
crónica del Gorbea). O:-)
Una ver restaurada la marcha, se le pincha la misma rueda al pobre Luis
(os advertí que al final os acabaría sonando). Tras arreglar el pinchazo
y ponerle cinta aislante por dentro de la cubierta podemos seguir. Por
cierto, lo de la cinta aislante tiene su miga. Transcribo lo que, más o
menos, pudo ser el diálogo al hilo de la misma.
- (Joseba) Yo llevo cinta aislante en la mochila. A lo mejor puede
servir.
- (François) Está bien llevar cinta aislante, nunca se sabe cuándo se
pueden joder los cables eléctricos de la bici.
Dí que sí, Joseba, que bien que sirvió en este caso.
Proseguimos cumbreando (curioso eufemismo para "bajando cuestas cortas
y subiendo repechos empinados que te dejan destrozado") por la Sierra de
la Demanda durante 15 kilómetros sin otro percance que el fortísimo
viento lateral que entraba de costado en los collados y el pinchazo de
la cámara antipinchazos de Joseba que creo que se llama así no porque la
cámara no pinche nunca (en la anterior salida con Luis, Víctor y Carlos,
otro riojano ilustre, también debió pinchar para sorna de los demás)
sino porque el dueño de la misma no se da cuente, pues tuvimos que ser
Francis Navarro y un servidor quien le avisáramos de lo mismo (siiiii,
Joseba, ya sabemos que fue un reventón). Tras cambiar de cámara y
comprobar que los botellines de aire comprimido no son tan eficaces como
cuentan O:-) proseguimos hasta las inmediaciones de la cumbre de San
Lorenzo donde estaban esperando los demás. Tras comer una barrita (la
sexta) estoicamente soportando la burla y vilipendio del resto de
compañeros de marcha; bueno de todos excepto de Joseba que, como viene
siendo habitual en cada parada que se hace, da la vuelta a la bici, saca
un destornillador de enormes proporciones y se pone a apretar y aflojar
tornillos a diestro y siniestro, lo que llegó a provocar la exasperación
del amigo Carlos. Algunos me llegaron a confesar su preocupación por lo
que, según ellos, puede ser algo patológico.
Tras esto afrontamos la última y, a mi juicio, más dura subida del día
hasta las pistas más altas de la estación de esquí de Valdezcaray donde
nos hicimos una foto con el pico San Lorenzo a nuestras espaldas (Nota:
François, mira a ver qué tal te queda el retoque que las del Gorbea ni
se nota el trucaje :-P ). Acto seguido comenzamos a bajar por Campos
Blancos, una pista roja de la citada estación, hasta la primera curva
donde nos desvíamos para tomar un... llamémosle sendero. Dicho sendero
era horrible: Estrecho, lleno de piedras y arbustos e iba por la falda
de un monte con cierta inclinación. De hecho, el único que consiguió
pasar montado más de la mitad del mismo fue Antonio Martínez, alias INE
;-). Además, en los dos kilómetros excasos que tenía se produjeron
cuatro caídas: Una de Antonio (cosas que tiene ir el primero, macho; te
vimos todos), otras dos simultáneas de Francis y mía y otra, ¿adivináis
de quién? Sí, de Luis. La primera de ellas, la de Antonio, no sé muy
bien cómo fue. Le iba siguiendo con la vista a lo lejos cuando, de
repente, dejé de verle. Eso sí, el tío se levantó como una exhalación.
La mía, pues la verdad, tampoco sé muy bien qué pasó. La rueda de atrás
me saltó como un caballo salvaje, saliendo por los cuernos de la bici
hacia el lado de la pendiente. Menos mal que los arbustos, además de
arañar, amortiguaron el golpe y me agarraron. La bici la pude coger con
una mano pues pensaba que tenía que ir al fondo del valle a por ella. La
caída de Francis fue similar a la mía, sólo que cayó esclusivamente
hacia delante y de cabeza. La de Luis... no fue tanto la caída como los
daños colaterales. ¡Menudo arañazo se hizo con una rama! Le recorría
todo el muslo. Menos mal que tuvo suerte (el único momento en toda la
mañana y fíjate qué suerte) y la rama le desgarró la piel de forma
superficial, si cae en otro ángulo le desgarra todo el muslo.
Por fin salimos del sendero de los cojones en contínuo descenso (unos
15 km.) por unos senderos (estos sí) preciosos hasta la aldea de Turza,
donde conectamos con la GR 99 (si no me equivoco) que nos llevó hasta
Ezcaray. En el camino tres caídas de Luis seguidas (ya el hombre estaba
tan desesperado con las calas que estaba nerviosísimo) y una bestial de
Angel Perales. El pobre salió pálido y no es para menos. En pleno
sendero de la GR cayó de cabeza hacia el lado del riachuelo, unos tres
metros más abajo. Ya se verán las fotos, pero la piedra contra la que
estrelló el casco parecía un hacha de piedra de proporciones
descomunales. Por supuesto, el casco quedó partido.
A las 4 y cuarto de la tarde llegamos a Ezcaray donde comimos unos
platos combinados excelentes, pues la hora no permitía muchos alardes
gastronómicos, en la cafetería mountain.
En total 8 horas de ruta (de las que 3 estuvimos parados reparando las
sucesivas averías. A mí me salieron 55 kilómetros, aunque tuve el
cuentakilómetros escacharrado un buen rato (gracias Francis), a 10,2
kilómetros por hora de media. Según el altímetro de Joseba, el desnivel
acumulado fue de 2100 m. Eso sí, tanto la ruta como la compañía
excelente.
Los participantes fuimos: Carlos, Luis y Víctor (Vitín para los de la
lista) de Logroño, François, Joseba, Francis Navarro, Antonio Martínez,
Angel Perales y este humilde cronista.
Observaciones
- La ruta es dura físicamente pero las subidas son por buena pista y mantenidas en general, aunque hay alguna rampa
superior al 20% .
- Ezcaray es un pueblo que merece la pena visitar, en la oficina de turismo puedes comprar un cuadernillo con 10 rutas por la zona
(marchas de verano desde 1991), el precio creo que 400 pts
- Buenas terrazas y sitios para comer/cenar.
- En invierno y primavera es fácil la presencia de nieve, en verano, aprovisionate bien de agua
- La ruta es bastante similar, aunque no igual de la publicada en el número de agosto de 2.001 en SoloBici
- Las bajadas, aunque no demasiado técnicas, si que son rápidas y muy divertidas, tienes que estar
atento, si has leído la crónica sabrás que yo rompí el casco contra una piedra y casi la cabeza
Perfil y Mapa
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